Hoy, Primer Domingo de Adviento, iniciamos un tiempo litúrgico de profunda espera y preparación para la Natividad de Nuestro Señor.
Como Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, miramos a la Virgen María, como el faro de Esperanza que nos guía en este camino. Ella, que esperó con fe inquebrantable el nacimiento del Salvador en su seno, es nuestro modelo de recogimiento y vigilante espera.
Que la luz de la primera vela en nuestra Corona de Adviento ilumine nuestros corazones para prepararnos dignamente para la llegada del Niño Dios. Es un tiempo para la reflexión, la penitencia y la caridad.
“Ven, Señor, no tardes, ven.”


