HOY, 21 de abril del año de gracia de NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO de 2025, “FRANCISCUS PP” HA EMPRENDIDO EL CAMINO HACIA EL PADRE.
Sencillo, escueto pero lleno de contenido, tal y como era Jorge Mario Bergoglio, papa 266º de la Iglesia Católica, así queremos comenzar esta glosa que no es de despedida, si no de agradecimiento hacia este hombre santo que desde el 13 de marzo de 2013 ha estado, más que dirigiendo, asesorando como el ser humano puede llegar hacia el ALTISIMO a través de la GRACIA.
Más que narrar su dilatada vida como argentino, perteneciente a la Compañía de Jesús, humanista, profesor y teólogo, queremos fijarnos y hacer hincapié en sus encíclicas y cartas pastorales.
Desde aquella Lumen fidei (La luz de la fe), que firmó junto con su antecesor Benedicto XVI, hasta el mensaje para la Cuaresma del año jubilar 2025, a nuestro entender ha estado planteando como caminar juntos, peregrinar siendo un solo Pueblo de Dios en camino lleno de esperanza.
En su segunda encíclica Laudato si’ (Alabado seas), nos descubre, nos proclama como la Tierra, es nuestra casa común. Se muestra preocupado y con una crítica implacable sobre el consumismo, solicitando con energía una acción rápida para parar la degradación y el cambio climático.
Criticado interesadamente muchas veces por su defensa del ser humano sin más calificativos, pone de manifiesto en Amoris Laetitia (La alegría del amor), sus profundas creencias y exhorta a los esposos y defiende fervientemente el amor en la familia cristiana.
Coincidiendo con la víspera de la memoria de San Francisco de Asís, firma Fratelli Tutti (Hermanos todos), donde define y pone en valor la fraternidad como elemento garante de las sociedades, las naciones y la convivencia mundial.
En su mensaje para la Cuaresma 2025 vuelve otra vez a exhortarnos a caminar juntos en la esperanza y en la fe.
Es esta vez donde más claramente nos trasmite, utilizando las palabras de san Pablo que la muerte ha sido vencida. Nos invita a prepararnos para celebrar el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte.
Afirma que la esperanza es “el ancla del alma”, segura y firme.
Nos recuerda las palabras de Santa Teresa de Jesús, “Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora”.
Presagiando su pronta partida, en sus palabras de despedida “Que la Virgen María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros y nos acompañe en el camino cuaresmal”. Nos da las pautas a seguir para encontrarnos un día a la diestra del SEÑOR.
Gracias por tanto y que la Virgen María, bajo las advocaciones de Angustias y Soledad, te acoja, FRANCISCO, bajo su manto y te lleve en presencia del PADRE.
En León a 21 de abril de 2025, festividad de San Anselmo.
Texto: Hno. Andrés Félix López Cortés (Abad Honorario).
